Pérdida de arena en la playa Salinas-El Espartal


El de Avilés es un estuario, con tendencia al relleno (colmatación) y aceptor de sedimentos. Esto significa que los materiales (arenas de distintos tamaños) que conforman sus estructuras morfosedimentarias (playa expuesta, dunas eólicas, playas estuarinas, marismas…) proceden mayoritariamente del exterior del sistema (sedimentos alóctonos), concretamente del río Nalón (sistema Nalón-Narcea) y esto es así porque el estuario no se genera en torno un gran “río tronco” de extensa cuenca hidrográfica, como sucede en los estuarios de Navia, Nalón o Ribadesella, que permita aportar el sedimento necesario para su relleno o colmatación natural. Por el contrario la red hidrográfica drenante al estuario (nuestra ría) está constituida por ríos de corto recorrido, “ríos costeros”, y de escaso aporte sedimentario, en funcionamiento natural.

Las arenas, de naturaleza siliciclástica (fundamentalmente granos de cuarzo), procedentes del río Nalón, son transportados por la corriente de deriva de costa, denominada de Rennel que, con sentido O-E y con una velocidad moderada de 1 nudo, se desplaza sobre la plataforma. A su vez, corrientes generadas por el viento y oleaje (de componente NO) introducen el sedimento en el sistema confinante (playa-dunas eólicas) configurando su geomorfología, con ayuda del viento. La corriente de deriva de playa (sentido O-E) redistribuye los sedimentos, transportando las arenas más gruesas hacia el borde oriental de la playa (San Juan de Nieva), donde se observa una mayor volumetría de sedimanto, disponiéndose las más finas en el borde occidental, zona de sombra o de menor energía (área de La Peñona). Esta corriente de deriva de playa es la que favorece el desplazamiento del sedimento hacia el paso de desembocadura (canal) del estuario, favoreciendo el efecto sumidero.











Fotografía 1.- Playa y campo dunar externo de Salinas en 1916 (Autor anónimo). 














Fotografía 2.- Playa de Salinas-El Espartal (Autor anónimo, 1930).













Fotografía 3.- Playa de Salinas-El Espartal (Autor anónimo, 1955).








Fotografía 4.- Aspecto del arenal de Salinas-El Espartal en 1965 (Autor anónimo). 










Fotografía 5.- Distribución de la arena en la playa con acumulación sedimentaria en el área oriental, playa de San Juan de Nieva (POLA., 2007). 









Fotografía 6.- Acumulación sedimentaria en el área oriental, playa de San Juan de Nieva (Autoridad Portuaria de Avilés, 2012). 











Fotografía 7.- Detalle de la acumulación sedimentaria en el área oriental de la playa de San Juan de Nieva (López Peláez, 2009).












Fotografía 8.- Modelo de corrientes y transporte (modelo morfodinámico y sedimentario) de la  playa Salinas-El Espartal (Flor y Flor-Blanco, 2009).




A lo largo del año, se produce un desplazamiento, en sentido vertical, del sedimento playero generado por dos corrientes de sentido opuesto: corriente de oleaje y corriente de compensación o resaca. Durante las estaciones de otoño e invierno, con cierta frecuencia, se manifiesta el denominado “oleaje de tormenta” que propicia la retirada de arena del sistema playa-duna, depositándola, en parte, en la playa submareal (playa sumergida) y en parte transportándola hacia la plataforma y el cañón de Avilés, o lo que es lo mismo, fuera del sistema. Durante las estaciones de primavera y verano suele predominar el “oleaje de calma” que es el responsable de la movilización de las arenas de la playa sumergida, devolviéndolas a la zona supramareal (área de arena seca), la zona de transición con los cordones dunares y con la ayuda del viento a la propia duna. Es evidente que al completar los ciclos referidos anteriormente, si el aporte de sedimento a la playa supera al retirado (superávit sedimentario), el sistema playa expuesta-dunas eólicas crecerá. Si ocurre el fenómeno contrario (déficit sedimentario), playa y dunas perderán volumen de sedimento con el consiguiente retroceso del frente dunar y esto acurre porque el sistema tiende al equilibrio y, en su intento por conseguirlo, extrae la arena de su reservorio natural, los campos dunares.








Fotografía 9.- Régimen de corrientes y movimiento de arena Salinas-El Espartal-S. Juan de Nieva (fuente LNE_Cedex, 2010). 











Fotografía 10.- Perfiles tendidos, en el frente dunar, resultado del aporte de arena en oleajes de calma (López Peláez, 2017).














Fotografía 11_a.- Perfiles erosivos, en el frente dunar, resultado de los oleajes de tormenta (Solís Santos, 2009).














Fotografía 11_b.- Perfiles erosivos, en el frente de la escollera de protección, resultado de los oleajes de tormenta (Germán Flor, 2010).




Considerando los anteriores procesos, así como otros de carácter más puntual, podemos aventurar cuales son las causas de la pérdida de sedimento en el arenal Salinas-El Espartal. Procesos y actuaciones causantes del polémico, y no deseado efecto, pueden tener una doble causalidad u origen: “causas naturales” y “causas antrópicas” (actividades y actuaciones humanas sobre el medio, con diversos fines).

Causas naturales:
1. Ascenso del nivel de mar. Desde el último tercio del siglo XIX se constata una tendencia de avance o ascenso continuado del nivel del mar, transgresión marina, que en la últimas décadas manifiesta una subida media superior a los 3 mm/año. No obstante el retroceso de la línea de costa es más acusado en costas bajas, playas y desembocaduras de ríos. El efecto del avance en nuestros arenales se manifiesta en el retroceso, lento pero inexorable, de los frentes dunares y pérdida de arena en la playa.
2. Cambio climático. El calentamiento global en el que está inmerso el Planeta tiene unos efectos innegables en nuestro entorno, de entre los cuales deben de considerarse, entre otros, aquellos que tienen una influencia más directa en el problema de la pérdida de arena de nuestra playa como son el cambio en el régimen de circulación de vientos, borrascas, afloramientos costeros (up welling) y, en mayor medida, el incremento de fenómenos meteorológicos extremos (galernas, temporales, tormentas…); en este escenario, al aumentar la frecuencia de los olajes de tormenta se producirá una mayor salida de la arena del reservorio natural, caso de la playa donde existan estructuras rígidas (paseo marítimo o escollera de protección) y del sistema playa-dunas, donde no existan estructuras rígidas, haciendo retroceder, en este caso concreto, el frente dunar limitante con la playa, con un resultado catastrófico si son coincidentes oleajes de tormenta y pleamares vivas. Sirva como ejemplo que en los temporales de febrero y marzo del año 2014, el frente donar de El Espartal retrocedió entre 12 y 14 m.











Fotografía 12.- Retroceso del frente dunar con el temporal de marzo de 2014 (Sergio López, 2014). 












Fotografía 13.- Retroceso del frente dunar con el temporal de  2015. La escollera, al fondo, impide el retroceso y genera corrientes de reflexión (López Peláez, 2015).












Fotografía 14.- Recuperación de perfiles tendidos debido a los oleajes de calma (López Peláez, 2018).





Causas antrópicas:
3. Dragados. Calados-dragado es un binomio inseparable en la historia de cualquier puerto. En el de Avilés los dragados, realizados de forma periódica, al igual que en otros muchos puertos, tienen como finalidad el mantenimiento de calados que permita la actividad portuaria. Sin duda este tipo de actuación, desde tiempos históricos, tiene influencia en la pérdida de arena de la playa Salinas-El Espartal. No obstante la manifestación de la pérdida de sedimento del sistema confinante del estuario (sistema playa-dunas eólicas Salinas-El Espartal), no se hizo claramente perceptible hasta el inicio de la década de los años 80; con toda probabilidad consecuencia de las obras de ampliación del canal de entrada (canal de desembocadura) de la ría (estuario), en el que se pasó de 70 a 150 m de anchura en superficie, alcanzando el calado la isobata  de entre -9 y -10 m.








Fotografía 15.- Ampliación del canal de desembocadura y construcción de la escollera (Autoridad Portuaria de Avilés, 1973).












Fotografía 16.- La draga D'Artagnan y el gángil Pantagruele, en labores de dragado en la curva Pachico (López Peláez, 2008).



4. Construcción de estructuras rígidas. La implantación de infraestructuras en el sistema confinante (canal de desembocadura, playa expuesta, dunas eólicas), tiene una cierta repercusión en el transporte arenoso en la playa. Las estructuras rígidas, caso del paseo marítimo o la escollera de protección en el límite con el cordón dunar externo, generan una corriente de reflexión que aumenta la retirada de sedimento. En el caso del espigón del canal de desembocadura, actúa como trampa de arena, impidiendo su entrada, al menos en gran parte, al canal; por lo que cabe decir que no tiene influencia en la pérdida directa de arena de la playa; tan solo podría ser responsable de la variación de corrientes de deriva de playa y de retorno.












Fotografía 17.- Inicio de la construcción del paseo marítimo de Salinas (Autor anónimo).










Fotografía 17b.- Perfil erosivo del frente dunar de El Espartal en la década de los ochenta (Germán Flor, 1986)









Fotografía 18.- Espigón en la margen izquierda del canal de desembocadura (canal de entrada) en el límite con la playa en San Juan de Nieva (Mara Villamuza, 2018).













Fotografía 19a.- Zona de sombra, de baja energía, donde se acumulan las arenas más finas. Borde occidental (área de La Peñona) de la playa de Salinas (López Peláez, 2018).











Fotografía 19b.- Playa supramareal en el límite con el paseo marítimo, estructura rígida que en pleamares y oleajes de tormenta genera corrientes de reflexión (López Peláez, 2018).













Fotografía 19c.- Estructuras rígidas, muro y escollera, que favorecen las corrientes de reflexión (López Peláez, 2018)












Fotografía 19d.- Escollera de protección, al final del paseo marítimo de Salinas, que favorece las corrientes de reflexión (Mara Villamuza, 2017)













Fotografía 19e.- Escollera de protección, al final del paseo marítimo de Salinas, que favorece las corrientes de reflexión (López Peláez, 2018).




5. Descenso de aportes al estuario. La regulación de caudales del sistema Nalón-Narcea mediante embalses, la legislación medioambiental sobre vertido al cauce fluvial de cenizas térmicas o residuos de los lavaderos de carbón y el cese de dragados, desde 1980, en la barra y puerto de San Esteban, con vertidos fuera del estuario del Nalón, supusieron una disminución en la incorporación (recepción) de sedimentos al estuario de Avilés, lo que contribuye al agravamiento el déficit sedimentario del sitema playa-dunas de Salinas-El Espartal.

6. Realimentación inadecuada. A principios del año 2005 se procedió a la realimentación (regeneración) de la playa de Salinas-El Espartal mediante el aporte de 545.000 m3 de arena. El árido fue extraído de un banco arenoso submarino localizado en la plataforma del área de cabo Vidío. Una elección inadecuada en la granulometría, facilitó la pérdida de sedimento de la playa. Fuentes del ministerio de Fomento afirmaban que en el año 2010 tan solo permanecía en el sistema el 30 % de la arena aportada.













Fotografía 20.- Realimentación de la playa Salinas-El Espartal-San Juan de Nieva (Autor anónimo, 2005).





La descripción de las diferentes causas que influyen en la pérdida de arena de la playa de Salinas-El Espartal nos reafirma que el sistema “causa-efecto”es multicausal, si bien, no hay duda, alguna (o algunas) de las causas, que desencadena el efecto, predomina o es más relevante que las otras, sin embargo todas deben contemplarse (en su justa proporción) para mejor conocimiento y posibles soluciones al problema que supone la pérdida de  arena en la playa de Salinas-El Espartal.
















Fotografía 21.- Recuperación de sedimento consecuencia del oleaje de calma (López Peláez, 2018).

















Fotografía 22.- Escollera de protección descalzada y berma de erosión (López Peláez, 2018).












Fotografía 23.- Perfiles suavizados (aporte arenoso) y berma o escalón generado por la erosión) (López Peláez, 2018).









Fotografía 24.- Panorámica del área occidental del arenal de Salinas (López Sánchez, 28-11-2018).





Actualización (07/05/2019)

El inicio de la primavera trajo consigo una pérdida puntual de sedimento, actualmente en vías de recuperación, según los ciclos propios de playa (erosión-sedimentación).














Fotografía 24.- Perfil erosivo, área central de la playa Salinas-El Espartal.
(A. Cernuda, 2019_03_31)





Fotografía 25.- Detalle del frente erosivo (sedimentos de Antropoceno) a continuación de un frente, en recuperación, frente sedimentario. 
(A. Cernuda, 2019_03_31)





















Fotografía 26.- La retirada de arena dejó al descubierto restos de obras no retirados en su día.
(A. Cernuda, 2019_04_22)




Fotografía 27.- Frente erosivo al pie del muro del paseo de la playa de Salinas. 
(A. Cernuda, 2019_04_22)

















Actualización (25/12/2019)

Los oleajes de tormenta del otoño fueron responsables de la pérdida de sedimento (arenas) en el área occidental de la playa.












Fotografía 28.- 2019_12_01_LVA (Frente al Real Club Naútico de Salinas)






Actualización (16/03/2020)

Entre los días 8 y 12 del mes de marzo de 2020 se dieron mareas vivas en la costa asturiana. Según se recoge en la tabla de mareas de la Autoridad Portuaria de Avilés la pleamar con mayor rango correspondió al miércoles día 11, alcanzando 4,89 m a las 4:17 horas y 4,63 m a las 16:42 horas.
La coincidencia de pleamares vivas con oleajes de tormenta, propias estas de la estación invernal, ocasionó una pérdida constatable de arena (sedimento) del área occidental, en la playa de Salinas-El Espartal.











Fotografía 29.- Aspecto del intermareal de la playa de Salinas-Espartal, tras la pérdida de arena.
(Román A. Álvarez, 2020_03_09)










Fotografía 30.- Detalle de la solera, parcialmente al descubierto, en el muro del paseo de Salinas. 
(Román A. Álvarez, 2020_03_09)















Fotografía 31.- Frente erosivo del campo dunar externo.
(Román A. Álvarez, 2020_03_11)












Fotografía 32.- Berma generada en el proceso erosivo.
(Román A. Álvarez, 2020_03_11)










Fotografía 33.- Detalle de un doble frente erosivo, uno el actual y el superior de una época anterior anterior.
(Román A. Álvarez, 2020_03_11)











Fotografía 34.- Detalle en el que aprecia el retroceso, en los últimos años, del frente dunar. 
(Antonio A. Álvarez, 2020_03_11)












Fotografía 35.- Terraza de bajamar y canal mareal quedando al descubierto la escollera. 
(J. Fernández Suárez, 2020_03_11)





(Actualización 11/04/20209
Fuente: El Ágora (01/10/2019)
Un nuevo factor que podría afectar a la pérdida de sedimento de la playa Salinas-El Espartal.

El calentamiento global, provocado por el cambio climático, alterará la altura y el giro del oleaje oceánico en el 50% de las costas del planeta según un estudio internacional,
Las investigadoras Melisa Menéndez y Paula Camús, del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria, han participado en la elaboración de un estudio internacional, “Clima Marino y Cambio Climático”, cuya conclusión se resume en: “… el calentamiento provocado por el cambio climático, modificará el oleaje, alterando la altura y el giro del oleaje oceánico, en el 50% de las costas del planeta, si se mantiene la tendencia al aumento medio de la temperatura global”. Como consecuencia, del giro del oleaje, se podría producir un cambio en el transporte litoral de sedimentos, con la consiguiente modificación de la línea de costa debido a la modificación del ciclo erosión-sedimentación.
Los cambios no afectarían a todos las costas por igual y así el cambio en el oleaje es diferente según las regiones:
- Los resultados del estudio indican que, en menos del 5% de las costas, se espera un incremento positivo de la altura de ola: sur de Australia, y algunas zonas de las costas del Pacífico de América del Sur y América Central.
- En el 15% de las costas del mundo se espera una disminución de la altura de ola. En particular, el citado estudio muestra disminuciones de la altura de ola en el Atlántico Norte (de hasta un 10% en las costas atlánticas de Europa) y algunas regiones del Pacífico Norte.
- Los incrementos significativos de la altura de ola se limitan al Pacífico Sur y la zona tropical del Este del Pacífico. En este caso, se debe a una intensificación y desplazamiento hacia los polos de los vientos del oeste en el hemisferio sur.



Actualización (28/10/2020)


En el tránsito verano-otoño de este 2020 y antes del inicio de los oleajes de tormenta (temporales) propios del otoño e invierno, responsables de la retirada de la arena de la playa, así como del retroceso del frente dunar, la playa de Salinas-El Espartal había recuperado una parte del sedimento perdido a finales del pasado invierno. Este proceso de progradación se hace patente, tanto al pie del muro en el paseo de la playa de Salinas, como en la tendencia a la “suavización” del perfil del frente dunar en el área de El Espartal. También es apreciable el inicio de la construcción de una duna embrionaria con una incipiente colonización vegetal: Grama marina (Elytrigia juncea). Rabanillo marítimo (Cakile marítima) y Barrón (Ammophila arenaria) en transición a la duna primaria.













Fotografía 36.- Progradación (sedimentación) en el área centro-oriental de la playa de Salinas al inicio del otoño (López Peláez, 8-10-2020)










Fotografía 37.- Progradación sobre la base de la escollera de protección del final del paseo de Salinas, en su flanco occidental (López Peláez, 8-10-2020)













Fotografía 38.- Progradación sobre la base de la escollera de protección del final del paseo de Salinas, en su flanco oriental (López Peláez, 8-10-2020)








Fotografía 39.- Duna embrionaria construida sobre la parte inferior del cordón dunar externo, en transición a la playa, con incipiente colonización vegetal (López Peláez, 24-9-2020)









Fotografía 40.- Perfil tendido por progradación del frente dunar. Duna embrionaria al fondo de la imagen (López Peláez, 24-9-2020)





Actualización (29/10/2020)

Dunas reactivadas (en movimiento o en evolución)

Las dunas reactivadas son el único tipo de dunas con desplazamiento (dunas activas), en la actualidad, en el sistema playa-dunas eólicas de El Espartal. El resto de dunas, las que configuran el arenal, son dunas inactivas ya que la cubierta vegetal que sobre ellas se desarrolla (vegetación herbácea, matorral, vegetación arbustiva y arbórea), impide el desplazamiento de arenas por la acción del viento.

Las dunas reactivadas sobre el cordón dunar externo, en transición a la playa de El Espartal, se iniciaron por causas antrópicas (no naturales): pisoteo, actividades lúdicas o acomodo para el disfrute de los rayos solares, son algunas de esas causas por las que se forman pequeños “pasillos” en los que se destruye la vegetación característica de las dunas primarias (Barrón, Ammophila arenaria), favoreciendo la acción del viento y los desplazamientos o deslizamientos por gravedad, de la cresta de la duna. Progresivamente las arenas de la playa son trasvasadas, por el viento y el propio pisoteo, hacia el interior del campo dunar (a sotavento de la duna primaria), construyéndose, entonces, una duna reactivada con avance continuado. Este proceso también constituye una pérdida de arena de la playa, aunque en cantidades poco relevantes.

En el arenal de El Espartal se dan tres claros ejemplos del tipo de dunas descrito: una situada en el extremo occidental del cordón dunar, una segunda adyacente a la anterior y una tercera ubicada en el extremo oriental de la playa (playa de San Juan). 











Fotografía 41.- Localización de las tres grandes duna reactivadas en el sistema playa-dunas eólicas de El Espartal (Autoridad Portuaria de Avilés, 2003)









Fotografía 42.- Pasillo generado por pisoteo a barlovento del cordón dunar externo. Inicio del proceso por que se genera una duna de reactivación (López Peláez, 24-09-2020)








Fotografía 43.-Duna reactivada en el extremo oriental del sistema (playa de San Juan), vista a sotavento (López Peláez, 2002)








Fotografía 44.- Duna reactivada en el borde oriental del sistema vista a sotavento. En la actualidad densamente vegetada y, por tanto, con la consiguente pérdida de actividad  (López Peláez, 24-09-2020)








Fotografía 45.- Dunas reactivadas sobre el cordón dunar externo, en el borde occidental del sistema (playa El Espartal), vistas a barlovento (López Peláez, 24-09-2020)









Fotografía 46.- Vista por barlovento de la duna reactivada más occidental de la playa de El Espartal (López Peláez, 24-09-2020)









Fotografía 47.- Segunda de las dunas reactivadas del borde occidental, vista por barlovento (López Peláez, 24-09-2020)









Fotografía 48.- Vista por sotavento de las dos dunas reactivadas en el borde occidental del sistema (López Peláez, 08-10-2020)









Fotografía 49.- Vista por sotavento de la duna reactivada más occidental. Colonizada por Barrón, Ammpohila arenaria (López Peláez, 24-09-2020)









Fotografía 50.- Vista por sotavento de la segunda de las dunas reactivadas del borde occidental del complejo dunar (López Peláez, 24-09-2020)








Fotografía 51.- Incipiente colonización, a sotavento, de la segunda de las dunas reactivadas del borde occidental, por Correhuela marítima  y Barrón  
(López Peláez, 08-10-20202)







Fotografía 52.- Detalle de la colonización a sotavento de la segunda de las duna reactivadas del borde occidental, por Barrón (Ammophila arenaria) y Correhuela marítima (Calistegia soldanella)  (López Peláez, 08-10-2020)







Fotografía 53.- Avance (evolución) de la reactivación dunar. Periodo 2018-2020







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