El estuario de las Aceñas y la playa de Zeluán (y II)
Desde diciembre del año 2000 y hasta enero del 2002,
se llevaron a cabo las obras del proyecto de ensanche de la curva de Pachico,
en el estuario de Avilés, incluyendo la regeneración medioambiental de su
entorno, lo que entonces se denominó como adecuación medioambiental de San
Balandrán y que en el proyecto presentado por Taller de Estudios
Medioambientales S.L. (TEMA3, 2000) figuraba con el epígrafe: “Seguimiento ambiental de las dunas y
marismas de la ría de Avilés asociadas al proyecto de dragado de la curva de
Pachico”.
El entorno de la curva de Pachico viene definido por
la ensenada de Llodero, llanuras arenosas, atravesadas por el río Vioño, que
culminan con una playa estuarina, la Playa de Zeluán y su sistema dunar
asociado constituido por los restos de dos antiguos cordones dunares y una duna
moderna, de reciente formación o duna antropocénica. Completan el conjunto la playa
estuarina y dunas de San Balandrán y la Punta La Llera. Todo ello constituye el
único retazo de lo que, en un momento geológico anterior, fue un estuario
independiente, el del río Vioño o de Las Aceñas y, desde tiempos históricos,
asociado al de Avilés como estuario satélite. Habría dejado de tener
funcionamiento como estuario en 1914, momento en el que concluyen las obras de
construcción de dos malecones con el fin de proceder a la desecación de las
marismas de Llodero y Las Aceñas, así como para la canalización del río Vioño.
Fotografía 1.- Punta La Llera y ensenda de Llodero
(1980 aprox.)
Fotografía 2.- Entorno de la curva de Pachico con anterioridad al inicio de su regeneración medioambiental (Autoridad Portuaria de Avilés, 2000)
Fotografía 3.- Plano de la actuación prevista en el entorno de la curva de Pachico
(TEMA3, 2000)
Fotografía 4.- Xagó-Nieva-Aviles-El Espartal
(2000 aprox.)
Finalizaba el año 2000 cuando las dragas Atlas Nova
(de calamaro) y Rocky (de brazo hidráulico), acometían la tarea de ensanchar la
curva de Pachico y dar más calado al canal principal del estuario o canal de
navegación, con afectación y pérdida de sedimento de la Punta La Llera y una
parte de la playa de San Balandrán. Simultáneamente a la citada actuación se
procedió a la retirada de unos bloques de hormigón depositados, en 1951, en la
parte septentrional de la playa de San Balandrán, en transición a la Punta la
Llera para estabilizar el sedimento en previsión a los efectos del dragado para
la creación del canal de Pedro Menéndez que facilitaría el acceso de barcos al
nuevo muelle siderúrgico. Los bloques procedían de las obras para la
construcción de un nuevo muelle pesquero, situado frente al cai avilesino, cuyo
comienzo había tenido lugar en 1949. El proyecto se desestimó y fue paralizado
definitivamente en 1951 para, en su lugar, construir la dársena de San Agustín
cuyos cantiles darían servicio a la siderurgia que en aquellos momentos se estaba
instalando en Avilés.
Fotografía 5.- Draga Rocky y gángil Pluto
(López Peláez, 2001)
Fotografía 6.- Draga Atlas Nova (López Peláez, 2000)
Fotografía 7.- Antiguos bloques de hormigón situados al norte de la playa de San Balandrán en transición a la punta La Llera
(TEMA3, 2001)
Paralelamente y hasta la conclusión del proyecto en
enero de 2002, se llevaron a cabo un conjunto de actuaciones sobre la Punta La
Llera y los sistemas playa-dunas eólicas de su entorno. Tres fueron los tipos de
actuaciones desarrolladas y los tres encaminados a la regeneración
medioambiental de la zona estuarina afectada, su intermareal y los campos
dunares:
1. Restitución morfológica de la Punta La Llera.
Para lo que se procedió a un relleno de cantos y arenas con un primer objetivo,
el de reponer, en parte, los terrenos de la Punta de La Llera afectados por el
dragado de la curva de Pachico y un segundo objetivo, el de proporcionar
estabilidad al sedimento de la estructura afectada. Para tal fin, inicialmente,
se depositaron fragmentos resultantes del triturado de los bloques de hormigón
existentes, encajándolos en la arena y sobresaliendo, tan solo, hasta una cota
igual a la de la topografía natural del terreno. Con posterioridad se habilitó,
en el extremo meridional de la Punta La Llera, una plataforma de cantos y
arenas que sirviera de reposadero para las aves durante las pleamares vivas. El
relleno de la nueva superficie se realizó con materiales, cantos, arenas y
fangos, extraídos del área del dragado. El traslado de los citados materiales
se realizó para compensar la pérdida de superficie de la barra, por el dragado
del canal, en la parte limitante con la curva de Pachico.
Fotografía 8.- Triturado de los bloques de hormigón
(TEMA3, 2001)
Fotografía 9.- Obras para el refuerzo de la estabilidad del relleno de la punta La Llera
(TEMA, 2001)
2. Protección de la zona intermareal. Además de la
conservación de las especies halófitas características, especies propias de
medios de elevada salinidad tales como Sacocornia perennis y Limonium vulgare,
ambas incluidas en el Catálogo Regional de la Flora Amenazada (CRAE), se
procedió a la restauración de las zonas erosionadas. Para consolidar el intermareal
perteneciente al borde del canal principal o canal de navegación del estuario,
en la zona de transición de la playa estuarina de San Balandrán a la punta La
Llera, se procedió a la instalación de un geotextil sobre la franja de
naturaleza arenoso-fangosa y con abundancia de cantos, previamente estabilizada.
La finalidad de la actuación no era otra que evitar los procesos erosivos
generados por la dinámica del canal de navegación como corrientes de marea y
oleajes generados por el tránsito de embarcaciones lo que favorecería la
retención de sedimento.
Fotografía 10.- Repoblación de Halinione portulacolides en la punta La Llera
(López Peláez, 2018)
Fotografía 11.- Instalación del Geotextil antierosión en la playa de San Balandrán
(TEMA3, 2002)
3. Regeneración de los sistemas dunares. Para conseguir
la regeneración de las dunas se procedió a actuar en dos ámbitos bien
diferenciados, uno sobre las dunas primarias, zona supramareal de las playas estuarinas
de Zeluán y San Balandrán, otro sobre las dunas fijas. En su conjunto la
intervención puede resumirse en las siguientes actuaciones:
a) Eliminación de plantas invasoras en todo el
entorno, resaltando la intervención en las dunas fijas, donde se procedió a la
eliminación de eucaliptos (Eucaliptus globulus) y pinos (Pinus pinaster),
incluyendo el correspondiente destoconado, así como un desbrozado parcial del
tojal (Ulex europeans).
b) Conservación de plantas psamófilas, es decir, aquellas
plantas de sustratos arenosos con elevada salinidad, plantas de gran relevancia
para las dunas primarias: Amophila arenaria, Elymus picnanthus, Carex arenaria,
Crucinella marítima (incluida en el Catálogo Regional de Flora Amenazada, CREA)
y Calustegia soldanella.
c) Plantación de especies leñosas autóctonas en las
dunas fijas: laurel (Laurus nobilis), madroño (Arbustus unedo) y aladierno
(Rhamnus alternus). Plantación de setos para apantallamiento: sanjuanín
(Ligustrum vulgare) y espinera (Crataegus monogyna).
d) Ordenación de usos y creación de un área de
aparcamientos e interpretación.
e) Construcción de una senda peatonal, con
plataforma de madera, y un observatorio de aves.
Fotografía 14.- Regeneración de los sistemas dunares. Barrón, Ammophila arenaria
(López Peláez, 2018)
Fotografía 15.- Cardo marítimo o Eryngium maritimum
(López Peláez, 2018)
Fotografía 16.- Pasarela y reforestación dunar
(TEMA3, 2002)
Fotografía 17.- Construcción del observatorio de aves
(TEMA3, 2002)
Fotografía 18.- Construcción de pasarelas y observatorio de aves
(TEMA3, 2002)
Fotografía 19.-Plano de la previsión de resultados después de la actuación
(TEMA3, 2000)
Fotografía 20.- Dunas punta La Llera después de las actuaciones
Si bien la Playa de Zeluán ya figuraba en el Plan de
Ordenación de los Recursos de Asturias, en el año 2001, como uno de los lugares
destinados a integrar la Red Regional de Espacios Naturales Protegidos bajo la
figura de Monumento Natural, lo que implicó su inclusión en la relación de
Lugares de Interés Comunitario (LIC Cabo Busto-Luanco), es en el año 2002, una
vez concluidas las obras de regeneración medioambiental del entorno de Zeluán,
cuando se declara Monumento Natural a la Charca de Zeluán y Ensenada de
Llodero, mediante Decreto 100/2002, de 25 de julio y cuya Declaración se recoge
en su Artículo 1: “Declarar la Charca de Zeluán y Ensenada de Llodero ubicadas
en la costa central de Asturias, entre los concejos de Avilés y Gozón, como
espacio natural protegido perteneciente a la Red de Espacios Naturales
Protegidos del Principado de Asturias, bajo la figura de Monumento Natural”. El
ámbito geográfico objeto de protección, según Decreto 22/2003, de 27 de marzo,
incluye la zona sometida a influencia mareal, las áreas dunares de Zeluán y San
Balandrán, la Charca de Zeluán y su entorno inmediato.
Fotografía 21.- Entorno de Zeluán tras las obras de regeneración medioambiental
(López Peláez, 2002)
Fotografía 22.- Límites del M.N. Charca de Zelúan y Ensenada de Llodero
(Decreto 100/2002 de 25 de julio)
Fotografía 23.- 1)Charca de Zeluán. 2) Llanuras mareales de Llodero 3) Punta La Llera. 4) Playa estuarina de Zeluán. 5) Sistema dunar de San Balndrán y duna moderna (antropocénica)
(Autoridad Portuaria de Avilés, 2010)
Del que fuera el estuario del río Vioño o de Las
Aceñas, con una superficie estimada de 960,86 ha en funcionamiento natural,
incorporado al de Avilés, en su margen derecha, como estuario satélite hace
aproximadamente 2.500 años, en la actualidad tan solo se conservan 23,41 ha con
un bajo grado de antropización, son las correspondientes al Monumento Natural
de la Charca de Zeluán y Ensenada de Llodero, lo que supone el 2,44% de la
superficie estuarina natural primigenia.
Fotografía 24.- Monumento Natural de la Charca de Zeluán y Ensenada de Llodero
(Ricardo García "Rico", 2019)
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